Seguiría avanzando por las terrazas, de no más de cuatro pisos, del Trastevere, y sólo pararía cuando el sol se ocultase tras las montañas, cuando el sol fuese absorbido por el mar, cuando por fin sea posible hacer algo sin que suponga un esfuerzo extremo, dónde el sudor no se apodere de mis ganas, y sea sólo signo de que estás cerca (muy cerca), haciendo que llore mi piel.
Qué puto calor.
2 comentaris:
Es que la calor és mu mala, mu mala.
Encara que ací només fa que ploure i això és peó perquè aixó és triste, mu triste.
jaja me encanta, lo pones todo tan bonito para acabar con el Que puto calor!! jajaa
yo como sigamos así muero en breve...
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