diumenge, 30 de desembre del 2007

Quien no arriesga no gana

Ara que ens envolta el Nadal, el Cap d'Any, els propòsits per al 2008, pensem i pensem què tenim, què hem acoseguit enguany, què ens falta, què, o millor dit, qui volem amb nosaltres.
Sergi Pàmies diu que si aconsegueixes menjar-te una llemona sense fer ganyotes voràs complits tots els teus desitjos... però... i si no ho aconsegueixes... ¿vol dir això que no veuràs cap d'ells fet realitat?...

Hace más el que quiere que el que puede

En esta navidad de reencuentros, te encuentras sin demasiado rumbo. Y no es que allí estés mejor o peor, no tiene nada que ver con todo eso (aunque claro, allí estás muy bien), es sólo que a veces desearías que la gente fuera más espontánea, menos rígida, o que simplimente intentara disfrutar más de las cosas. Esconderse detrás de los demás no es manera, excusarse tampoco. Pasa el tiempo, nos hacemos mayores y las obligaciones ponen barreras, que no tienen porque ser dificultades, muévete, habla claro, no te acomodes, cuida a los que te rodean, y también a los que no, si verdaderamente te importan. Perquè fa més el que vol que el que pot, no dejemos que las cosas se enfríen con los kilómetros.

dimarts, 18 de desembre del 2007

Final del primer asalto


Me encuentro algo desubicada. Mi casa está vacía, somos pocos los que seguimos en Roma. Muchos han vuelto a sus casas, a otros sólo nos quedan algunos días. Son momentos de despedidas, de amigos invisibles, de intercambiar teléfonos. Todos sabemos que algunos no los utilizaremos, pero también sabemos que algunos sí, y mucho. Ya estoy echando de menos a gente. Nápoles ha estado muy bien. Ha supuesto muchas cosas, para muchas personas. Nos hemos conocido mucho. Parecía que íbamos a partir con uno de menos, uno muy importante... pero no, sorpresa, estaba allí. Algunos más alegres que otros, nos hemos embarcado en una excursión divertida, llena de tonterías, calimocho y pozos. Diez Erasmus de turismo... no veas.
Compartir habitación, baño, vagón, decisiones y planes no es fácil, pero así es cómo hemos llegado a saber quién es cada uno, cuál es nuestro papel, y también qué se puede esperar de cada uno. Para bien o para mal, la conviviencia pone a cada uno en su sitio. Demasiadas horas juntos... gratas horas. Hemos tomado una habitación, la hemos llenado de humo y de risas. Nápoles y el frío de fondo, hablando, ninguna frase entera en italiano... Así también ha sido como hemos unido a este grupo. Un antes y un después. Un accidente (o incidente) que ha estrechado vínculos. Somos conocidos, pero con derecho a amigos...
Y después de todo esto, a ver quién es el chulo que se pasa 20 días alejado de este ambiente sin volver la vista atrás, recordando y añorando momentos, pensando en los seis meses que quedan, porque "caminante no hay camino, se hace camino al andar". Estaba equivocada cuando dije que a mi esta experiencia no me iba a cambiar, todo, absolutamente todo, influye en tu persona. Y hoy más que nunca puedo decir que 'menos mal que me decidí a venir aquí' (dándole las gracias a quien se las tengo que dar por haberme convencido) porque soy más sincera, con los demás y sobre todo conmigo misma, porque opino, porque asumo mis errores, porque me atrevo a decir lo que piense si verdaderamente lo pienso, porque le echo morro, y cara, y pelotas, porque estoy olvidando la vergüenza (la vergonya fa ronya), porque actúo haciendo las cosas con seguridad, porque me lanzo, porque nunca me había lanzado, porque me atrevo a soñar sin miedo, y a moverme, y a pensar, y a reír, porque apruebo exámenes orales en italiano, porque utilizo mi sentido común cuando tengo que utilizarlo, y no lo utilizo cuando no es necesario, porque me arriesgo, porque bailo, canto y grito, porque me muevo, porque doy abrazos, beso sin temor, porque me estoy volviendo apasionada. Porque hacer las cosas con pasión me llena más, y porque en los seis meses (o siete) que me quedan aquí voy a procurar sentirme siempre así. Porque, ahora mismo, al final del primer asalto, me siento bien, satisfecha, incluso diría que satisfecha por los momentos en los que no lo he estado. Quizá necesitaba volver, estar lejos de todo esto, para saber cuánto significaba para mí. Tengo miedo de volver y no encontrar la forma de sentirme así allí. Veremos qué puedo hacer.