diumenge, 29 de juny del 2008

Expresar escribiendo, hablar callando.

No sé hablar sobre sentimientos; no puedo decir más allá de lo que escribo. Al día pienso 300 veces en ti, y no soy capaz, en las 24 horas que paso contigo, de decirte que ayer me fui con un desconocido. Y que no sé si eso es una traición a ti, o a mi misma. Porque esta mañana me he despertado, con el calor, sin su sudor, y con un mensaje tuyo en el móvil, y sentía que no había actuado bien. Y pienso que como te has empeñado en ser sólo mi amigo, puedo contártelo, pero como tengo miedo a estropear lo que no tenemos, cuando me preguntas qué tal anoche, yo te contesto que muy bien, sin más. Porque no somos nada, pero lo somos todo. Porque si supiese hablar, no tendría que escribir esto. Si tuviese una pequeña idea de qué piensas al respecto, sabría cómo sacar el tema, pero como nos ha dado por estar todo el día juntos, sin hablar, pues me siento aquí, y escribo, contigo al lado.
Y es en este momento cuando admiro a aquellos que dicen lo que piensan, si creen que con ello van a aclarar algo, a despejar su mente al menos. Pero soy cobarde, y creo que esto es en cierta manera, una forma de dejar de luchar por ti (¿a caso quieres tú que luche?). Me preocupa no aprender nunca a enfrentarme a lo que me detiene, no encontrar nunca el momento adecuado de hacer las cosas, me preocupa no saber escoger las palabras con las que me gustaría explicar cómo me siento.


diumenge, 22 de juny del 2008

Cashback

Hoy quiero que vuelvas a dibujarme desnuda. No veo el momento de encontrarme de nuevo con esa mirada concentrada y atenta a cada uno de los pliegues de mi piel; me muero literalmente de ganas, por convertirme de nuevo en la musa de tus dibujos; por volver a ver cómo mis brazos son carboncillo, y mis piernas dos lápices sin punta. Por volver a ver mi cuerpo dibujado con seis trazos que ni son lineas ni son rayas; volver a sentir cómo tus dedos moldean mis caderas en plastilina, o como mis pechos de barro se vuelven firmes al contacto con el aire.
En mi mesa ya no hay restos de acuarela, ni pínceles sucios; no hay trozitos de cartón donde dibujar las paredes de mi habitación, ni tampoco hay bocetos de noches enteras de sueños despiertos, donde enredábamos tu cuerpo y el mío como en el Rapto de Proserpina.
Hoy te juro que no me movería, que posaría para tí como nunca quise hacerlo (maldita vergüenza, que ahora me mantiene encadenada a ti), que no me ocultaría debajo de las sábanas, que en tus dibujos siempre aparecían alrededor de mis pies, atándome a la cama que nos permitía estar juntos. Hoy me estaría quietecita, y te dejaría dibujar sobre mi piel, pero esta vez no con chocolate, ni tampoco con lágrimas; me bañaría en mármol para ser un material precioso (y preciado) a los ojos de un escultor. Para convertirme en tu material duro y pesado. Para estar mucho tiempo trabajando bajo tus órdenes, bajo tus manos.
Hoy sé que si te viese dibujando en la calle, te rondaría hasta que me mirases, y sabiendo cómo eres, esperaría a que me sonrieses con esos ojos negros.

dijous, 19 de juny del 2008

Algunos detalle(s)

Oscuridad.
Persiana bajada.
Estás a mi lado, pero no te toco.
Tú a mi tampoco.

Soñar.
Despertar, abrazada, aunque sólo sea a la esperanza.
Encontrar en mis sábanas un recuerdo de una noche que no ha existido.
Una nota que me recuerde que pasaste por aquí, que diga algo así como
"hasta dentro de un rato".

Abrir los ojos.
Ver que no estás, y sin embargo, pensar en ti.
Mirar el móvil por si ha llegado un mensaje nuevo.
La hora. Las 10.30. Nada.

Cubrirme la cara con la almohada.
Sentir cerca tu olor.
Descubrir que es mi imaginación.
Sonreir igualmente.

Desayunar.
Café con leche y tostadas para ti.
Cereales para mí.
Hacer un pacto con tu silla vacía:
vuelvo a la cama sólo si apareces.

(Ducharme.
Coger el ascensor.
Cruzar más palabras con el portero que contigo...)

dimecres, 18 de juny del 2008

¿Vienes?

Quiero que me quites los lazos, que los deshagas poco a poco, que te atrevas a dejar de observar, y empieces a hacer algo.

Quiero tener el valor de apoyarme en tu hombro, a oscuras, mientras me invade tu olor, y también quiero ser capaz de cogerte de la mano. Y luego quiero que me mires a los ojos.

Quiero que me cojas por la espalda, y me tapes la boca, y que dejes de poner tantas condiciones a todo; en nuestro acuerdo no entraba tener que estar siempre buscando la noche, escondidos en sitios desconocidos, inventándonos excusas, escapando siempre de la sobriedad de nuestros cuerpos.

Y después, quiero una sola palabra sincera, sin pretensiones, sin miedos, ahondando en algo, aunque no quieras concretar nada. Aunque no haya nada que concretar.

Quiero que vengas, que me quites los lazos, que los deshagas poco a poco, que te levantes, y me acompañes hasta donde puedas.

Y quiero que quieras acompañarme.

divendres, 13 de juny del 2008

Políticas actuales de inmigración

Prima di tutto vennero a prendere gli zingari e fui contento perché rubacchiavano.
Poi vennero a prendere gli ebrei e stetti zitto perché mi stavano antipatici.
Poi vennero a prendere gli omosessuali e fui sollevato perché mi erano fastidiosi.
Poi vennero a prendere i comunisti ed io non dissi niente perché non ero comunista.
Un giorno vennero a prendere me
e non c'era rimasto nessuno a protestare.

(Bertolt Brecht)

dijous, 12 de juny del 2008

Lágrimas negras

Una madrugada, que se convierte en una especie de reencuentro ansiado. Dos amigos, o no sé sabe muy bien el qué, debaten sobre 'las cosas del querer', después de haberse querido tanto. Ella, celosa, pero no enfadada, ve como él ya no siente lo mismo. Ella, en realidad, ya lo sabía; lo supo la última vez que se vieron en la Terminal B del Aeropuerto de Fiumicino, cuando ese último beso no supo más que a una rápida despedida. En el momento, no quiso pensarlo, porque no quería saberlo. Ya se sabe, a veces, la ignorancia, es la felicidad. Hoy, es más consciente de que cada vez está más lejos (aunque siempre dentro del mismo continente, es una promesa). Sin embargo, a él, estar cada vez más lejos, parece que le sienta bastante bien. Parece que él por fin, está bien. Y ella ya no sabe si cuando cada uno acabe su erasmus seguirán corriendo en paralelo, o por separado, porque juntos ya sabe que no. Siempre le quedará esa duda, la de saber si todo hubiese podido seguir adelante, juntos; enteros y juntos, creciendo y juntos... Pero las respuestas que recibe no hablan sobre esto, hablan sobre su nueva vida, sobre los coordinadores, sobre sus proyectos, sobre el final, y deja caer alguna reflexión especialmente cierta...

(Él) -Y vemos el final y es el momento para hacer la maleta y queremos llevarnos a alguien como el gran recuerdo de nuestro año.
(Ella) -Será eso.
(Él) -El trofeo de unas caricias a los 23 años. Yo se lo dije a ella: mi ultima foto del proyecto para España es una foto de tus pies.... tu has acabado siendo mi proyecto de fin de erasmus. Y el tutor de la España en cada e-mail "oficial" me dedica unas líneas a hablarme de Catrina y del cuidado que hay que tener con estas cosas...




Ya son tres lágrimas negras caídas. La charla de madrugada, 'Volver', y de la tercera no tengo el valor de hablar, aún.

dimecres, 11 de juny del 2008

Un día cualquiera

Suena el despertador. Son las 9.30. Temprano si pienso que me dormí cerca de las 3. La espalda rota, los ojos con legañas, los sueños que sólo eran eso, sueños. Vaso de leche sin Nesquik, porque no queda (alguien olvidó que tiene que poner el dinero del bote en común). Recojo el salón, y muevo los sillones, encuentro miles de filtros tirados por el suelo, y alguna colilla. Barro, friego el suelo. Hago la cama, recojo la ropa tendida, la doblo, y la guardo. Dejo un par de faldas a los pies de la cama, para planchar. Me ducho, me pongo crema y desodorante, me peino. Me visto, y me pongo las sandalias rojas, nuevas. Son ya las 12. Voy al locutorio, a hablar con mi madre, me cuenta la gravedad de la huelga de transportistas, hablamos de lo caro que está todo, y de mi gengivitis. Cuelgo; son 90 céntimos. Decido no ir a la biblioteca, es ya muy tarde para intentar aprovechar la mañana. Entro en la cafetería de debajo de casa de Alberto (ya no es la cafetería del cubano, porqué no está). No hay sitio más que en la barra del fondo, donde están apilados los periódicos, de hoy, y de ayer. Me siento ahí, con mi té frío con limón. Saco los apuntes y me estudio, o al menos lo intento, el tema 1 de Sociología de la Educación. A la una y poco, vuelvo a casa, y me preparo patatas y verduras al horno. Como con Javi y con Andrea, nos echamos unas risas, hablando de lo único, y recordando ya los inicios de todo esto, y el inicio de lo suyo. A las tres y cuarto me llama Alberto, por si me apetece un café, que sí me apetece. Vuelvo a la misma cafetería, el encargado me saluda riéndose, me tomo un Capuccino. 90 céntimos, otra vez. Antes de ir a la biblioteca, Alberto sube a por sus apuntes a casa, mientras yo miró su cama pequeña, su cuarto, sus fotos. A las 4 ya estamos delante de los apuntes, menudo aburrimiento. Macarena se duerme, Alberto bosteza, yo, no sé cómo se estudia... Hacemos dos descansos, en el segundo, Macarena ya no está. A las siete y media estoy de vuelta a casa, con Juan. Hablamos de sus rollos, y nos reímos, bastante. Él se queda en casa, y yo me preparo para irme a correr. Salgo de casa con el mp3 puesto, y empieza a lloviznar. Sigo corriendo 35 minutos. Evito pasar por delante del imperio de las hamburguesas, porque no quiero recordar que ayer cené allí. Al final, lo recuerdo, y me acabó haciendo unos sprints, por si quemo aunque sea las patatas fritas. Llego a casa, empapada y roja. Abdominales, estiramientos y de nuevo a la ducha. Gel, champú, exfoliante, cuatro cremas diferentes, desodorante, gomina... Me conecto al messenger, hablo con mis compañeros de trabajo del año pasado. Viene Alberto, y hacemos la cena. Intento no comer Nutella, alfinal, no lo consigo. Cervezas en la cocina, nervios por los exámenes orales, nuestras respectivas universidades en nuestro país, profesores, motivación, estudiar, ACABAR, política, qué valores representa la típica persona que parece de izquierdas, cuáles los que parece de derechas, y porqué se ocultan más. Debate Monarquía-República, desistimos ante las opiniones falsas del que sólo sabe inventar (el mismo que se olvidó del Nesquik). Masaje rápido, ya es el tercero de hoy (me debes cuatro). Andrea llama para decir que no viene a dormir a casa, que hablamos mañana para ir al mercadillo de San Giovanni; Javi se rie viendo 'Se lo que hicisteis'; Macarena ve 'Anatomia de Grey'; indago en el nombre de la serie. Buenas noches. Buenas noches. Llámame cuando salgas del examen. Si, vale. Se cierra la puerta verde del ascensor. Miro mi correo, fiesta erasmus el viernes en la playa, entrada gratis al Circolo el sábado. Pienso que tengo que estudiar. Escribo en el blog. Tengo sueño. Tengo que estudiar.

Parecen un montón de tonterías las que he hecho durante cada día a lo largo de este último curso, sin embargo, son el montón de tonterías que han hecho que la Erasmus sea lo que está siendo...

dilluns, 9 de juny del 2008

Subsonica- Aurora sogna




Si sveglia che fa buio ormai d'abitudine
La notte le regala un'aria più complice
Detesta il vuoto dei rumori della realtà (aurora sogna)
Ma col volume a stecca può sopravvire (aurora sogna)
Sogna una carne sintetica
Nuovi attributi e un microchip emozionale
Sogna di un bisturi amico che faccia di lei
Qualcosa fuori dal normale
Qualche gelato al giorno forse la nutrirà
Non crede nell'amore in cio' è molto semplice
Come si chiama questa voglia di vivere (aurora sogna)
Che nel suo corpo ha bisogno di espandere (aurora sogna)
Sogna una carne sintetica
Nuovi attributi e un microchip emozionale
Occhi bionici più adrenalina
Sensori e ciberbenetica neurale
Sogna una carne sintetica
Nuovi attributi e un microchip emozionale
Labbra cromate ricordi seriali
Emozioni e un nuovo impianto sessuale

Lei senza più mangiare lei senza più dormire
Lei senza più mangiare lei senza più dormire

Sogna una carne sintetica
Nuovi attributi e un microchip emozionale
Sogna di un bisturi amico
Che faccia di lei qualcosa fuori dal normale
Sogna una carne sintetica
Nuovi attributi e un microchip emozionale
Occhi bionici più adrenalina
Sensori e ciberbenetica neurale
Le stesse facce che ogni giorno fanno male
Le stesse voci recitanti giudicare
Posa l'orecchio sul bicchiere e sente il mare
Ma non il suono della musica che piace a lei
La solitudine che indossa è più normale
Di una prudente saggia e isterica morale
Aurora sogna e nei suoi sogni sa cercare
Senza paura un'esclusiva felicità

Sogna una carne sintetica
Nuovi attributi e un microchip emozionale
Sogna di un bisturi amico che faccia di lei
Qualcosa fuori dal normale
Sogna una carne sintetica
Nuovi attributi e un microchip emozionale
Occhi bionici più adrenalina
Sensori e ciberbenetica neurale
Sogna una carne sintetica
Nuovi attributi e un microchip emozionale
Labbra cromate ricordi seriali
Emozioni e un nuovo impianto sessuale

dimecres, 4 de juny del 2008

Il bacio de Hayez

- Es curioso... ¿por qué a lo largo de la historia las personas siempre nos hemos besado en la boca?.
- Porque es el único sitio donde las dos personas besan a la vez...-Dijo ella, pensando en que también sabía porqué quería besarlo a él en la boca-

Palazzo del Quirinale. Ottocento. Da Canova al Quarto Stato.
www.scuderiequirinale.it

dimarts, 3 de juny del 2008

Blu Coraçao / Rum Cola

Un frío hola, sin mirarme a los ojos, que me hace pensar lo que ya sabía. Sin embargo, cruzamos alguna mirada, algún gesto amable. Los dos sabemos que hay mucho que callar, pero ese magnetismo no llega a ser complicidad. Te interesa mi posición, y te aprovechas; lo sé, pero a mí me gusta poder darte lo que buscas. Sin ser ya camarera, te sirvo lo que me pides. Algo cambia, compartes conmigo lo que sólo debería ser para ti, y a veces me rozas, o me das la mano. Busco la causa de esa cercanía y no la encuentro, porque ya sé que no hay complicidad, ni la va a haber. Sin embargo noto cómo miras mi cuerpo, que no para de bailar, cómo me buscas cuando me alejo. Y cuando creo que estoy perdiendo los principios que me impuse de no seguirte, de no buscarte, de no volver a mirarte, juegas conmigo. Y jugando a la Cenicienta, probándome unos zapatos de tacón que no son míos, me acaricias un pie y me encuentras, pero no soy la dueña de ese zapatito, y lo sabes; me coges de la mano y sigues jugando, como siempre lo has hecho; o más bien, como nunca lo hiciste. Se acaba la música, y cuando pienso que no voy a volver a verte, que volverás a desaparecer como desapareciste aquella mañana de mi casa, tras dos besos parecidos a los de hoy, entrecortados, sin voluntad, pero reales, vuelvo a verte solo, con esa camiseta roja que te hace estar así, así... así de lejos.

La Toscana


Una idea, un mapa, 100 euros. Un coche de alquiler. Tres CD's, 5 amigos. Un GPS.

Comernos una tortilla de patatas y unas "papas aliñás" bajo la sombra de la torre de Pisa, darnos un paseo en bici por Lucca, tomarnos unos vasitos de calimocho sobre el rio Arno con vistas al Ponte Vecchio de Firenze. Caffè-latte senza schiuma. Paseo por la Via dell'Amore y demás pueblecitos de Cinqueterre; perder el autobús que nos devuelve al coche y subir ese kilómetro tan cuesta arriba, hasta que aparece un nuevo bus salvador. Bocadillo de pollo con mostaza y moffin de chocolate en una estación de servicio. Cervecita bajo la Santa Croce. Un colchón inchable pinchado que nos ha llenado el cuerpo de picaduras de algo peor que pulgas. Paseo por Firenze: Piazza della Signoria llenísima de turistas, cola en el Duomo, que finalmente no vemos, La Academia dónde el David de Michelangelo nos deja sin palabras. Nos mojamos en la Piazza della Repubblica (hoy, día de la República Italiana). Las puertas cerradas de San Lorenzo y de la Santa Croce. No tenemos tiempo para ver el Museo Uffizi. Cruzamos el Ponte Vecchio, paradita en la puerta (cerrada también) del Palazzo Pitti (hogar de los Medici), fotos a las vistas desde el mirador, más y más escaleras, y vuelta a Roma cantando Lasciatemi cantare, con la chitarra in mano...

Sé que es de esos viajes, improvisados, que hicimos muy bien en hacer.