Las tres horas de viaje entre Palermo y Agrigento curan las heridas de una noche a medias, en la que tú te atreviste a convertir un masaje en un paseo por la parte izquierda de mi cuerpo, y yo tuve el valor de girarme para que me dieses el abrazo que llevaba pidiéndote a gritos unos cuantos días.
Scala dei turchi-Catania.
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