dijous, 28 de febrer del 2008

Si supiese escribir poesías, escribiría algo parecido a esto

Con viento del este hiciste una cama,
soplaste sobre ella para templarla
y con el murmullo de tu voz de agua
me cantabas nanas sin letra.

Y dormíamos tan juntos que amanecíamos siameses,
y medíamos el tiempo en latidos.
Y en tus dedos yo tocaba mis canciones,
dedos de teclas de celesta.

Y tu pulso tamborileaba en mis sienes y muñecas
como diminutas patas de ciempiés,
y nos repartíamos los labios y los dientes y el hipo
y del alfabeto las impares.

Y en tus dedos yo tocaba mis canciones,
dedos de teclas de celesta.

Y en tus dedos yo tocaba mis canciones,
dedos de teclas de celesta.

Porque hay una canción para cada momento, y esta es la canción de este momento...

dimecres, 27 de febrer del 2008

En el ecuador

Si como recitaba Machado y como cantaba Serrat "al andar se hace camino, y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar"... me estoy dando cuenta del tiempo que hace que estoy aquí, y me he quedado con que ya quedan menos días para volver a casa, que para seguir aquí. Las cosas están cobrando significados propios. Hay canciones que, mientras las bailo borracha, me hacen creer que todo esto ya se ha acabado, y que sólo estoy recordando. Y encontes, en ese momento, que dura sólo unos segundos, me debato entre la realidad y el sueño, y sonrío, porque sé que cuando estos momentos se acaben, no hará falta que sueñe con ellos, sólo tendré que cerrar bien fuerte los ojos, para volver a sonreir recordándolos, recordándoos.
"My dream is too fly, over the rainbow, so high..."

dijous, 21 de febrer del 2008

Omaggio

Cuando entra una estudiante en una biblioteca, aquellos que están sentados de cara a la puerta, levantan la cabeza. Los que están de espaldas, se girarán según la cara que pongan los que tienen enfrente. Parece que cualquier razón es buena para levantar la mirada de los apuntes. Si entra una chica alta, delgada, con falda, botas y raya negra en los ojos, los hombres la mirarán con atención, alguna mujer la mirará con desprecio porque llama la atención que ella no llama; otras, la consideraran exagerada por ir así a estudiar, y el resto, volverá, desinteresada, a los apuntes. Si entra una persona con hemiplejía, es decir, con la mitad de su cuerpo paralizada por una patología que afecta al cerebro o la espina dorsal, que en el mejor de los casos, produce repetidos espasmos en la zona afectada, toda la biblioteca la mirará atentamente, intentando que no se note mucho que está mirando, aunque en realidad, es imposible ser discreto, porque no eres tú solo, sino que está toda la biblioteca mirando, observando y pensando a cerca de esa persona. Generalmente no hay mucha crueldad, no son miradas de burla, ni de rechazo. Son miradas que piensan en cómo debe sentirse un joven de unos 24 años, que, por alguna razón, no puede moverse con normalidad, teniendo la necesidad de llevar consigo un bastón, o una muleta, que le ayude a mantener el equilibrio del que su cuerpo carece. Esa persona sabe que está siendo observada, y seguramente por ello, sus movimientos sean más torpes, más inseguros. Hay demasiadas expectativas en juego. Va bien vestido, bien peinado, bien afeitado; claro -pensamos todos- tiene que cuidar su aspecto para no llamar más aún la atención. Tiene un paso lento pero decidio, él es el único que no teme a nada. Ya sabe lo que es vivir con una pierna a rastras. "Pobrecillo" -pensamos todos-, como si fuera motivo de vergüenza el hecho de tener un problema de movilidad. Tememos tanto aquello que se aleja de la relativa normalidad, que llegamos a ver a este chico con vergüenza ajena, sin pensar que todos podríamos ser así. Observado, juzgado y, muchas veces, discriminado, por no poder mover las manos con la coordinación con la que te gustaría, por no poder caminar recto, como el resto, por no poder abrir la mochila en dos segundos, ni poder mirar al que tienes sentado frente a ti sin saber que cuando levantes la mirada, el otra la va a apartar.

dilluns, 18 de febrer del 2008

Due, vero?

Las últimas semanas en Roma estoy mezclando muchas cosas, muy distintas, que me hacen sentirme algo confusa. No aprobar ninguno de los éxamenes que he hecho, empezar a ser consciente de que no voy a acabar la carrera. No tener ni un duro. Saber que en el mejor año de mi vida (o eso dicen) tengo que trabajar. Me siento como cuando te despiertas de un sueño muy, muy bonito, pero sabes que en realidad, todo ha sido mentira. Estoy como a medio gas, y además no ando muy sana últimamente. Por estas tierras, la gente empieza a emparejarse, con lo que eso conlleva. Y yo sigo buscando. Sigo buscando eso que no sabía que vine a buscar. Sigo llorando por algo que no sé que es. Parece que sólo disfruto de Roma cuando se la puedo enseñar a alguien. Quizá esté en uno de esos momentos en los que no puedo estar sola. Y me extraña porque echo muy poco de menos. sólo echo de menos a aquellos que ya saben que les echo de menos. He tenido algunos días de sol, de risas, paseos y de borracheras tontas. Pero también han sido días de renovar sentimientos, de repensarme, de intentar buscar que siento, y hacia quien. Me pregunto cómo salir de esta situación absurda. Quizá sólo sean las hormonas, que últimamente no se aclaran. Quizá sea el frío. O algún que otro e-mail o visita que he recibido. Estoy algo trastocada. No me siento mal, es sólo que no encuentro mi lugar. A lo mejor es sólo que pienso demasiado, y que debería dejar fluir más las cosas. Mi racionalidad me está jugando una mala pasada; parece que no esté preparada para vivir sin más, sin preocupaciones. Demasiado susceptible para soportar todo esto sola. Leo en l'epistolariblau que alguien se acuerda de mí, y mucho. Y lloro. mis lágrimas se mezclan con el dolor de espalda. Quizá sólo sea eso, dolor de espalda. Me siento afortunada por leer esas líneas, pues yo también quisiera sentirte cerca. Pasan los meses, y hago balance. Cinco meses aquí. Hago balance contigo. Due, vero? y pienso en el significado del dos, y en lo que va naciendo dentro de mí. Hago balance y comprendo, gracias a lo que me has contado, que aunque esto vaya a cambiar, no va a dejar de ser interesante, porque además, el objetivo del año "es ser apasionada". Sí que es verdad que tengo más amigos, y más teléfonos en mi móvil italiano, pero también es verdad que no sé a quien llamar. Te has ido, y se nota. No has vuelto y lo noto. No vas a venir, y me pregunto porqué.

dissabte, 9 de febrer del 2008

El paso de los años y la distancia de las cosas...

"Con una sonrisa entre confusa y admirada, reconocía entonces antiguos sentimientos, penas del corazón tempranas y entrañables que, asfixiadas por el severo oficio de toda una vida, retornaban ahora, extrañamente transformadas. Se ponía a meditar, a soñar; lentamente sus labios formaban un nombre y, sin dejar de sonreír, con el rostro vuelto hacia lo alto y las manos juntas sobre las rodillas, volvía a adormecerse en su sillón".
"No hay nada más extraño ni más delicado que la relación entre personas que sólo se conocen de vista, que se encuentran y se observan cada día, a todas horas, y, no obstante, se ven obligadas, ya sea por convecionalismo social o por capricho propio, a fingir una indiferente extrañeza y a no intercambiar saludo ni palabra alguna. Entre ellas va surgiendo una curiosidad sobreexcitada e inquietante, la histeria resultante de una necesidad de conocimiento y comunicación insatisfecha y anormalmente reprimida, y, sobre todo, una especie de tenso respeto. Pues el hombre ama y respeta al hombre mientras no se halle en condiciones de juzgarlo, y el deseo vehemente es el resultado de un conocimiento imperfecto".
"... nada angustiaba más al enamorado que la posibilidad de que Tadzio se marchara, y no sin temor se daba cuenta de que, si esto ocurría, él no sabría ya cómo seguir viviendo".
"Su cabeza y su corazón estaban ebrios, y sus pasos seguían las indicaciones del demonio, que se complace en conculcar la dignidad y la razón del ser humano"

Tanto en La muerte en Venecia como en La insoportable levedad del ser, lees fragmentos, pensamientos, situaciones, decisiones, que te hacen recordar lo absurdamente bonito que es estar enamorado. En este caso, La muerte en Venecia de Thomas Mann, te llena de medias sonrisas, a la vez que te cierra el estómago. Te hace recordar esos momentos, que son tan tuyos... que sólo puedes hablar de ellos con el paso de los años y la distancia de las cosas.... nadie puede describir lo que se siente cuando se está enamorado, porque el enamorado es incapaz de verse a sí mismo... y porque muchas veces, para juzgar con más criterio, hacen falta las comparaciones... y el paso de los años y la distancia de las cosas...

divendres, 8 de febrer del 2008

Parte de lo que me debes

Cuántas veces lo intenté.
Y no sirvió de nada.
De un millón de formas lo intenté.
Y no sirvió de nada.
¿Lo has sentido alguna vez?
¿Echas de menos algo?
¿Te has arrepentido alguna vez
de haber tenido y de no haberlo dado?
¿No has vuelto de nuevo allí?
¿En qué has pensado?
No te has acordado más de mí.
Que yo no he conseguido nada a cambio.
A veces pienso en lo estúpido que fui,
las fuerzas que gasté, el tiempo que perdí.
A veces pienso en lo estúpido que fui,
las fuerzas que gasté, el tiempo que perdí.
Ahora pienso en lo estúpido que fui,
las fuerzas que gasté, el tiempo que perdí.

Cuanto puede conmover una cancion?

dilluns, 4 de febrer del 2008

A veces, no nos salen las palabras... hoy no las encuentro

A veces no nos salen las palabras, o nos salen, pero no las adecuadas. A veces gritamos cuando queremos hablar, y otras lloramos cuando en realidad queremos callar. A veces sueñas con estar durmiendo todo el día, para que todo pase. Otras caminar para ver qué va a ocurrir. A veces quieres algo, pero no puedes hacerlo. A veces, tú mismo eres un obstáculo en tu propio camino. A veces, el miedo no te deja actuar. Otras actúas sin miedo, pero sin saber qué estás haciendo. A veces te equivocas, y te ríes, pero otras te equivocas y sabes que no hay vuelta atrás. A veces escribes mensajes que sabes que no deberías escribir. A veces te arrepientes, pero luego te arrepientes de haberte arrepentido. A veces te callas, pero sabes que en realidad deberías de abrir la boca y gritarlo bien fuerte. A veces besas por no mirar a alguien a los ojos, y otras haces el amor por no hablar. A veces te mueres de ganas de besar a alguien, y generalmente no lo haces. A veces ries de dolor y te muerdes el labio porque no sabes qué decir. A veces, te asustas. A veces dejas de pensar. A veces tiemblas; muchas veces de placer, pero también de pánico. Pánico a que todo cambie en un minuto. Pánico a no tomar la decisión correcta. Pánico por saber que no vas a hacer aquello que sabes que te va a beneficiar porque es más fácil hacer lo que, aunque te perjudica, te gusta. A veces somos así.

dissabte, 2 de febrer del 2008

Boicot

En un intento de romper con los parámetros que determinan esta Erasmus, nos hemos plantado unos cuantos en el Teatro Tendastrisce a ver con qué nos sorprendía Pete Doherty. Para nuestro bien, lo dio todo en el escenario; entregado al 100%, bailó e hizo saltar a un montón de italianos venidos de todo el país, y entre todos ellos, nosotros, un visitante y cinco erasmus. Merecío la pena la cola que tuvimos que hacer para conseguir unas cuantas birras y así poder seguirle el ritmo al atractivo Pete (es difícil creer que algo tan escuálido puede resultar atractivo, pero así fue)... sólo nos faltó el gorrito de Argumedo.
Nunca había disfrutado tanto en un concierto de un grupo que no había escuchado nunca. Una lástima no haber podido seguir con la fiesta en otra parte... qué difícil nos los pones Roma...